La Conferencia del Decenio de los Océanos 2024, que se llevará a cabo del 10 al 12 de abril en Barcelona, se perfila como un evento crucial en los esfuerzos globales para salvar los Océanos del mundo. Este encuentro, el primero de su tipo en formato presencial desde la inauguración del Decenio de las Naciones Unidas de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible (2021-2030), reunirá a unos 1500 delegados, incluidos científicos, representantes gubernamentales, miembros de organizaciones no gubernamentales y actores del sector privado.
En el evento, promovido por la UNESCO, no se esperan acuerdos políticos vinculantes, pero sí se delineará una agenda científica clara que abordará los desafíos más apremiantes que enfrentan nuestros océanos. Josep Lluís Pelegrí, investigador del CSIC y ex director del Instituto de Ciencias del Mar, ha destacado la oportunidad que representa esta conferencia para mostrar el potencial transformador de la ciencia frente a la degradación oceánica.
Decálogo de los retos para salvar los Océanos
Estos son los retos que la Unesco definirá en Barcelona en la Conferencia del Decenio de los Océanos 2024 entre los días 10 al 12 de abril:
Mares muertos, los plásticos
Los océanos están cada vez más amenazados por las denominadas zonas muertas, áreas acuáticas con deficiencia de oxígeno que surgen principalmente debido a la acumulación excesiva de nutrientes como nitrógeno y fósforo. Estos nutrientes, frecuentemente provenientes de fertilizantes agrícolas, provocan un crecimiento descontrolado de algas que, al descomponerse, consumen el oxígeno disponible, afectando severamente los ecosistemas marinos.
Un caso ilustrativo de esta problemática es el Mar Menor, donde se han registrado episodios severos de anoxia que resultan en la pérdida de biodiversidad y hábitats. Paralelamente, la contaminación por plásticos se ha convertido en otra grave amenaza para los mares, desencadenando negociaciones internacionales para abordar y mitigar sus efectos perjudiciales en la vida marina y los ecosistemas acuáticos. Estos desafíos subrayan la urgente necesidad de acciones globales coordinadas para preservar la vitalidad de nuestros océanos.
Contaminantes invisibles
Rémi Parmentier, un reconocido ecologista, enfatiza el desafío crítico de eliminar los vertidos de sustancias peligrosas y persistentes en los océanos. Aunque los plásticos captan gran parte de nuestra atención por ser visibles, Parmentier alerta sobre otras sustancias químicas menos notorias pero igualmente dañinas que se acumulan en los alimentos y en nuestros cuerpos.
Además, señala la grave situación de la acidificación oceánica causada por la absorción de grandes cantidades de CO2 por parte del mar. Este fenómeno amenaza la vida marina, reduce la biodiversidad, degrada hábitats cruciales y compromete la pesca y la acuicultura, según informes de la Unesco.
Población y consumo
El crecimiento poblacional y una creciente conciencia sobre los efectos ambientales negativos del consumo excesivo de carne terrestre han llevado a un aumento en la demanda de alimentos marinos. Esta tendencia, sin embargo, ha generado una considerable presión sobre los ecosistemas marinos. Ante esta situación, se hace imperativo adoptar un enfoque más sostenible y consciente en el consumo de productos del mar.
La necesidad de integrar prácticas de pesca responsable y criterios duraderos en la adquisición de estos alimentos es crucial para preservar la salud y la biodiversidad de nuestros océanos, asegurando así que los recursos marinos puedan sustentar no solo a la generación actual sino también a las futuras.
La sala de máquinas del clima
Rémi Parmentier, destacado ecologista, ha expresado una profunda preocupación sobre la dinámica cambiante de los océanos y nuestra percepción de ellos. Según Parmentier, los océanos actúan como «la sala de máquinas del sistema climático mundial«, jugando un papel crucial en muchos de los desequilibrios climáticos que enfrentamos hoy.
Esta perspectiva sobre la importancia vital de los océanos es relativamente reciente, evolucionando significativamente desde la aprobación del Acuerdo de París hace menos de una década. Este cambio en la conciencia subraya la urgencia con la que debemos abordar la protección oceánica, reconociendo su papel central en la regulación del clima global y en la mitigación del calentamiento global.
Reducir gases invernadero
Loreley Picourt, directora ejecutiva de la plataforma Océano-Clima, enfatiza el rol crítico de los océanos como reguladores del clima global, describiéndolos como el «termostato de la Tierra«. Según Picourt, la clave para proteger los océanos y, por extensión, moderar el cambio climático, radica en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y en la mitigación de los impactos del calentamiento global.
Destaca que el 91% del exceso de energía generado por el cambio climático ha sido absorbido por los océanos, particularmente en sus capas superficiales, que han experimentado un incremento de temperatura de 0,9°C desde la época preindustrial.
Sin embargo, advierte que la capacidad de los océanos para secuestrar dióxido de carbono y moderar el calentamiento está llegando a su límite, subrayando la urgencia de adoptar medidas efectivas para preservar estos cruciales reguladores ambientales.
Base de la economía
La Unesco subraya la importancia fundamental de los océanos para la economía global, destacando su papel en sectores cruciales como las pesquerías, la energía, el turismo y el transporte. Estos vastos cuerpos de agua no solo proporcionan empleo a millones de personas, sino que también son una fuente vital de alimentos y energías renovables. Además, los océanos son proveedores esenciales de sustancias indispensables para el desarrollo de la medicina moderna, reafirmando su valor incalculable para el progreso y bienestar humano.
Mares como solución, no como amenaza
Loreley Picourt enfatiza el potencial de los océanos como aliados en la lucha contra el cambio climático. Destaca el papel de los ecosistemas costeros, como los manglares, las marismas y las praderas marinas, que actúan como poderosos mitigadores de este fenómeno.
Estos ecosistemas de carbono azul no solo capturan grandes cantidades de carbono, sino que también fortalecen la protección costera frente a tormentas. Su contribución es igualmente significativa para mejorar la calidad del agua, la biodiversidad, la pesca, la seguridad alimentaria y el turismo, subrayando su rol esencial en la salud ambiental y económica global.
Proteger las comunidades y la población costera
Loreley Picourt resalta la necesidad de preparar mejor a las comunidades locales para enfrentar los riesgos asociados con los océanos, tales como el aumento del nivel del mar, tormentas, tsunamis y algas dañinas. Reconociendo que algunos efectos son irreversibles, Picourt subraya la importancia de adaptar las infraestructuras litorales y las zonas costeras, que se encuentran en primera línea frente a estos desafíos.
Propone un enfoque combinado que integre tanto infraestructuras grises —como barreras y otras protecciones— como soluciones verdes, que incluyen la vegetación y humedales, para una gestión efectiva y sostenible de los riesgos costeros.
Mejorar la información técnica
La cumbre enfatizará la necesidad de ampliar el uso de plataformas de observación oceánica, incluyendo tecnologías como representaciones digitales, sensores y drones. Esta recomendación surge de la urgencia por contar con datos actualizados y precisos sobre las condiciones cambiantes del clima, el estado de salud de los océanos y las alertas tempranas de posibles peligros. Esta información es crucial para tomar decisiones informadas y efectivas en la gestión y protección de los ecosistemas marinos.
Cambio cultural
Josep Lluís Pelegrí subraya que proteger los océanos implica un cambio cultural profundo, reconociendo que las amenazas a estos ecosistemas son directamente causadas por comportamientos humanos. El desafío número 10 de la conferencia insta a difundir la importancia crítica de los océanos para el bienestar humano, promoviendo una creencia en la posibilidad de cambio y fomentando una participación activa y un sentido de pertenencia a la naturaleza.
Pelegrí aboga por que las personas adopten y valoren la naturaleza, integrando la protección oceánica no solo como un mandato racional sino como una parte esencial de una vida en armonía con el entorno.
Desde Mariners Barcelona, seguiremos con mucho interés la Conferencia del Decenio de los Océanos 2024. Una conferencia que pretende ser un catalizador para una acción global coordinada y efectiva, con la ciencia en el centro de la estrategia para proteger uno de nuestros recursos más valiosos y vulnerables: Nuestros Océanos.